Sería inminente la beatificación del cura Brochero
Lento
pero seguro: fuentes eclesiales anunciaron que el sacerdote cordobés podría
ser pronto el primer beato argentino.
VILLA CURA BROCHERO, Córdoba.- No hay tiempos definidos para las beatificaciones. Son como los milagros, a veces se dan cuando menos se espera , dijo a La Nación el sacerdote Carlos Heredia, miembro del Tribunal Eclesiástico que lleva adelante los trámites para la beatificación del cura cordobés José Gabriel Brochero. Aunque no hay precisiones acerca de cuánto puede demorar el proceso, fuentes cercanas a la Iglesia señalaron que no demoraría muchos más.
Siempre cauto, Heredia subrayó que la Santa Sede tiene sus propios plazos.
Recuerden que Roma se escribe con las mismas letras que mora, dijo con humor.
La documentación sobre la vida y la obra del Cura Gaucho, como se le llama a Brochero, está siendo analizada desde mayo último por la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano. Desde entonces no se pueden incorporar nuevos elementos a los ya existentes.
Para que el tema fuera discutido lo antes posible en el Vaticano, ya que noy hay ningún argentino beatificado, realizaron gestiones los obispos que se reunieron con Juan Pablo II en noviembre del año último, en ocasión de la visita a Roma. También hubo gestiones de la Conferencia Episcopal Argentina y del propio presidente Carlos Menem.
El 17 de junio, por carta, el Papa le comunicó a Menem que la causa del cura Brochero había sido girada al organismo vaticano correspondiente. Los trámites para la beatificación fueron iniciados en 1967.
Las gestiones finalizarán cuando la Congregación para las Causas de los Santos emita el decreto sobre la heroicidad de las virtudes. La documentación enviada a la Santa Sede desde Argentina busca demostrar que el sacerdote vivió todas las virtudes en grado heroico.
El peso de los milagros. Además del Cura Brochero hay otros tres argentinos en procesos de beatificación, que se sustanciasn en Roma.
Se trata de la madre Camila Rolón, fray Torres (ambos cordobeses) y Ceferino Namuncurá. Sin embargo hay una diferencia clave entre ellos y el Cura Gaucho: en ninguno del esas causas habría hasta el momento pruebas concretas de posibles milagros.
En el caso de Brochero, un médico enfermo de cáncer se encargó de guardar sus propios estudios para demostrar que gracias a sus oraciones al Cura logró superar su enfermedad. A pesar del hermetismo con que se manejan estos asuntos, se supo que se está recopilando material sobre otros dos posibles milagros que habría realizado el Cura Gaucho.
A pesar de tener el título de maestro en Filosofía de la Universidad Nacional de Córdoba, Brochero, que vivió entre 1840 y 1914, decía no disponer de tiempo para las especulaciones filosóficas por tener que andar a lomo de mula por las áridas Altas Cumbres cordobesas y las extensas llanuras de La Rioja y San Luis.
Trazó y ejecutó caminos ayudado por sus serranos , abrió escuelas y capillas, mejoró los sistemas de riego y luchó hasta su muerte para lograr un ferrocarril que uniera Villa de Soto con Villa Dolores.
Todavía hoy vive doña Angelina Vivas, quien conoció y atendió al Cura Brochero cuando llegaba a dar misa para toda la comunidad en la casa de la familia Recalde. Angelina no puede ocultar su emoción cuando habla del Cura Gaucho.
Brochero murió en 1914 por una miesis (infección por agusanamiento) que le complicó aún más la lepra que había contraído y que lo había dejado casi ciego y sin olfato. Por temor, la gente prácticamente no se le acercaba. La nueva infección le hizo sufrir verdaderos tormentos.
Aún en medio de su enfermedad, no se olvidó de los pobres. En su testamento pidió que lo recaudado por la venta de sus cálices fuera para ellos para que, un día siquiera, puedan gastar a su antojo.
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