SECRETOS PARA UNA FELIZ LACTANCIA

Consejos de oro para mamás que dan la teta

 

A veces podes experimentar la sensación de que amamantar no es un proceso tan grato como soñaste, sobre todo si se trata de tu primera experiencia como mamá. Que el bebé no se prenda a la teta o que se queda con hambre son sólo algunas de las complicaciones con que podes enfrentarte a lo largo de este período y nosotras te ofrecemos algunas soluciones.

 

Muchas mamás suelen decir que no tienen leche. En principio es importante aclarar que todas las mamás la tienen y lo que puede estar pasando es que el bebé se esté prendiendo incorrectamente a la teta, y por lo tanto, no esté haciendo la succión de sopapa necesaria como para que se produzca la baja da del líquido. la posición correcta para amamantar es con el bebé arriba de un almohadón, con su cabecita a la altura del pecho y la panza lo más pegada  posible a la panza de su mamá. El bebé debe succionar con su lengüita por debajo del pezón durante un tiempo no superior a los 15 minutos.

 Este problema está directamente relacionado con el control de los tiempos que debes hacer. si una vez que tu bebé comió, lo dejas abrazado a tu cuerpo, calentito y con la pancita llena, seguramente se dormirá. Lo que tenés que hacer es desprenderlo del pecho justo cuando advertís que está comenzando a dormirse. Dejalo que haga el provechito y luego pasalo al otro pecho. Recordá que no hay u tiempo mínimo estipulado para darle el pecho pero sí un máximo. Nunca debe comer más de 15 minutos de cada lado.

Esto también está relacionado con los tiempos que se fijan a la hora de comer. Cuando el bebé nace nos dicen que debemos darle la teta cada tres horas, pero puede suceder que el bebé tenga otras necesidades y demande la teta más seguido. Esto no debe preocuparte. Si tu bebé pide más alimento simplemente debés dárselo. Tené presente que los bebés, al igual que los adultos, poseen sus propios hábitos alimentarios.

En general los bebés no rechazan la leche y, lo que nosotras tomamos como un rechazo, podría estar vinculado a que le cueste mucho trabajo succionar. Esto sucede con bastante frecuencia en aquellos pequeños que han tomado algunas mamaderas. También puede surgir rechazo cuando la mamá está ovulando o usa un perfume muy intenso.

Primero debes evitar que tu bebé se quede más de lo debido en cada pecho, porque esto puede provocar una maceración de la piel y, consecuentemente, grietas. Para combatir el resecamiento de la piel pasate un poco de tu propia leche y apantalla el pecho para que se seque. Si preferís, podes usar crema de caléndula, la única permitida durante la lactancia.

La vuelta al trabajo no significa el fin de la lactancia, ya que actualmente existen múltiples alternativas a la hora de organizarse. Lo ideal es que veinte días antes de volver a trabajar, mediante el uso de sacaleches, comiences a armarte de un acopio de leche en el freezer -donde el producto dura hasta tres meses- que tu bebé podrá seguir disfrutando aun cuando vos estés en el trabajo.

 


CUANDO NO QUIERE LA TETA

 

Aquí te damos una guía de posibles situaciones que hacen que le niño interrumpa la lactancia:

COMO REEMPLAZAR SEMEJANTE "BANQUETE"...

Cuando el bebé no quiere la teta, se recurre a la alimentación suplementaria. La forma más conocida de suplementar el menú maternal consiste en recomendar, según el caso y el peso del bebé, las llamadas leches maternizadas. Basadas en leche de vaca, sometidas a procesos especiales para que el chico la tolere. Para aquellos pequeños que no toleran la lactosa existen preparados especiales hechos en base a proteínas de soja, fortificados con hierro y zinc, pero no son adecuados para los alérgicos. Una segunda alternativa es la leche de vaca común, pero debe ser utilizada al 75% con el agregado de azúcar, hierro, zinc y vitaminas A,D,C y E, además de ácidos grasos esenciales. Por otra parte, cuando se dan leches maternizadas deben suplementarse con hierro y flúor en gotas.

 


¿Cómo ayudarlo a eructar?

El modo tradicional para ayudar al bebé es eliminar el aire que traga durante la toma es alzarlo, apoyarlo sobre nuestro hombro y darles golpecitos muy suaves en la espalda. Si esto no funciona, se pueden probar otras alternativas. Por ejemplo, acostarlo boca abajo sobre nuestras rodillas y palmearle levemente la espalda. Otra forma, indicada para bebés mayorcitos, a partir de cinco meses, consiste en sentarlo en nuestras rodillas (también puede ser sobre la cama o en cambiador), sujetándolo con una mano que abarque la barriga y el tronco, mientras que con la otra se le dan palmadas en la espalda. Si el pequeño es muy propenso a los gases, se recomienda hacerlo eructar también en mitad de la toma. Sea cual sea la maniobra que se emplee, debemos realizarla con mucha calma, evitando transmitir apuro o nervios al bebé. tampoco hay que esforzarse para conseguir el eructo a toda costa. En determinadas ocasiones, éste sobreviene espontáneamente pasando un rato.

Volver