Mario Benedetti Gustavo A. Bécquer Alfonsina Storni
Táctica y estrategia Volverán las oscuras golondrinas Miedo
Hagamos un trato Tu y Yo La caricia perdida
No te salves Rimas De peso ancestral

 

Especial de Pablo Neruda:  "20 POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DESESPERADA"

 

Táctica y estrategia

 

Mi táctica es mirarte
aprenderte como sos
quererte como sos


mi táctica es hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible


mi táctica es
quedarme en el recuerdo
no sé como ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos


mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
 ni abismo


mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
 simple


mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

 
                        Mario Benedetti

 

Hagamos un trato


Compañera
usted sabe
que puede contar 
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

Si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué deliro
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño y sin motivo
no piense qué es flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

                        Mario Benedetti

 

No te salves

 

No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgano
no te salves ahora
ni nunca.

No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.

Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el jubilo
y quieres con desgano
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
 

                       Mario Benedetti



 

Volverán las oscuras golondrinas 

 

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala en los cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron
nuestros nombres...
¡ésas... no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aun más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas de un día...
¡ésas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así... no te querrán! 

                                    Gustavo Adolfo Bécquer

 

TU  Y  YO

 

Tú eras el huracán, y yo la alta

torre que desafía su poder...

¡ Tenías que estrellarte o abatirme!...

¡ No pudo ser!

Tú eras el Océano, y yo la enhiesta

roca que firme aguarda su vaivén;

¡ Tenías que romperte o arrancarme !....

¡ No pudo ser!

Intrépido tú, yo altiva; acostumbrados

uno a arrollar, el otro a no ceder.

La senda estrecha, inevitable el choque....

¡ No pudo ser!

 

                                                    Gustavo Adolfo Bécquer

 

 Rimas

 

Si al mecer las azules campanillas

de tu balcón

crees que suspirando pasa el viento

murmurador,

sabe que oculto entre las verdes hojas

suspiro yo.

 

Si al resonar confuso a tus espaldas

vago rumor

crees que por tu voz te ha llamado

lejana voz,

sabe que entre las sombras que te cercan

te llamo yo.

 

Si se turba medroso en la alta noche

tu corazón

al sentir en tus labios un aliento

abrasador,

sabe que, aunque invisible, al lado tuyo

respiro yo.

......................................

 

Hoy la tierra y los cielos me sonríen,

hoy llega al fondo de mi alma el sol,

hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...

¡hoy creo en Dios!.

 

                                                Gustavo Adolfo Bécquer.

 

Miedo

 

Aquí sobre tu pecho, tengo miedo de todo...

Estréchame en tus brazos, como una golondrina,

y dime la palabra, la palabra divina

que encuentre en mis oídos dulcísimo acomodo...

 

Háblame amor, arrúllame, dame el mejor apodo,

besa mis pobres manos, acaricia la fina

mata de mis cabellos, y olvidaré, lo mezquina

que soy, oh cielo eterno, un poco de lodo...

 

¡Es tan mala la vida! ¡andan sueltas las fieras!

OH, no he tenido nunca las bellas primaveras

que tienen las mujeres cuando todo lo ignoran

 

En tus brazos amado, quiero soñar en ellos...

mientras tus manos blancas suavizan mis cabellos..

mientras mis labios besan, mientras mis ojos lloran..

 

                                         Alfonsina Storni

 

La Caricia perdida

 

Se me va de los dedos la caricia sin causa,

Se me va de los dedos... En el viento, al rodar,

la caricia que vaga sin destino ni objeto,

la caricia perdida ¿ quién la recogerá?...

 

Pude amar esta noche con piedad infinita,

pude amar al primero que acertara a llegar...

Nadie llega... Están solos los floridos senderos...

La caricia perdida, rodará... rodará...

 

Si en el viento te llaman esta noche, viajero,

si estremece las ramas un dulce suspirar,

si te oprime los dedos, una mano pequeña

que te toma y te deja, que te logra y se va...

 

Si no ves esa mano, ni la boca que besa,

si es el aire quien teje la ilusión de llamar,

oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos.

en el viento fundida... ¿me reconocerás?...

 

                                   Alfonsina Storni

 

 

DE PESO ANCESTRAL

 

Tú me dijiste: no lloró mi padre;

tú me dijiste: no lloró mi abuelo;

no han llorado los hombres de mi raza,

eran de acero.

 

Así diciendo te brotó una lágrima

y me cayó en la boca... más veneno

yo no he bebido nunca en otro vaso

así pequeño.

 

Débil mujer,  pobre mujer que entiende,

dolor de siglos conocí al beberlo;

oh, el alma mía soportar no puede

todo su peso.

 

                                              Alfonsina Storni

 

 

 

Romántico