Modificar conductas: Que los publicistas se desvelan en tal sentido no es novedad. Más curioso puede resultar enterarse de que hasta la arquitectura y el urbanismo se embarcaron en esa empresa y hasta probaron inducir ideologías. El estado también suele ser un agente que módica conductas. Hace poco, el defensor del pueblo de la nación, Jorge Maiorano, advirtió sobre la falta de adecuación del horario oficial del país a la cantidad de horas de luz, con el consiguiente beneficio para las empresas que proveen energía eléctrica. La arquitectura es una obra de arte cuya recepción se produce de una manera distraída por parte de la comunidad. Humberto Eco, por su parte, en el libro "La estructura ausente" analizó la misma disciplina como un sistema de comunicación de masas cuyos mensajes son persuasivos y están repletos de significados aberrantes.
De la misma manera que andamos distraídos por la ciudad o por la casa, recorriendo circuitos que pensó otro, puede haber formas sutiles de inducirnos a encender la luz antes y tenerla encendida más tiempo, sin reparar en el detalle. Si nada cambia con la hora oficial en el invierno, todos los que se levanten a las siete de la mañana encontrarán que todavía es de noche y se verán obligados a utilizar la luz durante aproximadamente una hora. Según acuerdos internacionales, en lugar de las siete los relojes argentinos deberían marcar las seis de la mañana. Pero, de ese modo, babría luz natural y el consumo domiciliario sería menor.
Se recomendó impulsar medidas para adecuar la hora oficial a las horas de luz natural de cada estación del año, el Ombudsman inició una actuación de oficio. El primer paso consistió en pedir informes al Servicio de Hidrografía Naval, Observatorio Naval de la Armada Argentina, responsable de la conservación y difusión de la hora oficial argentina en todo el territorio del país, aunque sin poder de desición sobre el uso horario por adoptar y los eventuales cambios.
El informe elaborado por el organismo puede despabilar a todos los que cada mañana de invierno a las siete, se despegan a regañadientes el sueño de la cara y pulsan distraídos el interruptor de la luz.
Mediante un decreto del Poder Ejecutivo Nacional, el 24 de Febrero de 1920, la Argentina adhirió al Sistema Internacional de husos Horarios diseñado para organizar la hora en el orden mundial basado en el recorrido aparente del sol, como consecuencia de la rotación terrestre. Casi la totalidad del territorio argentino se encuentra dentro del huso de cuatro horas al oeste del meridiano de Greenwich. Por lo tanto, en el primer artículo de aquel decreto se adoptó ese huso como hora oficial y legal para toda la república.